Alma que caminas herida
Olvida pronto ese tormentoso amor
Alma, vieja e inseparable amiga
No es justo que conserves con vida, esa agitada pasión.
Olvida, alma mía, olvida
Arráncame del pensamiento
Su cálido aroma y la tibiez
de su embriagante sabor.
Vuélvete insensible e invisible
ya no desees en silencio
las gotas del mortal veneno
que desprende su indescifrable voz.
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