Tu voz inconfundible
se desprendió de
ese frío aparato de metal
creación gloriosa de la modernidad.
Temeroso me preguntaste
que cómo podía amarte de esa manera.
Cómo es que te estoy amando
si nuestros cuerpos están lejanos,
habitando en otras riberas.
Cómo podía decir
que te siento
si no estoy ahí.
Me replicas que cómo puedo hacerlo.
Más yo te digo, hombre de poca fe
Que no siempre hace
falta tocar
Para el amor poder ver
No hay comentarios:
Publicar un comentario