He
dejado la puerta abierta tras la guerra perdida
La
sombra de tu recuerdo, de esperanza se
disfraza.
Sigilosamente
intenta, sin tregua
atormentar
a lo que resta de mi cordura.
Empujarme
por la cornisa del abismo
es
lo que desea la sombra enemiga.
Intenta
ultrajarme con la imagen de tu perfecta sonrisa.
Logra
enervarme con la emoción de falsas ideas.
¡Sombra
embustera!
Cruel artífice del dolor que me profesan.
De embestidura
de oprobio a cubierto mi alma
Es
imposible ya pensar que la calidez de tus brazos
tendré
como sagrada recompensa
de
aguantar el desarraigo de una promesa
porque
tú te has ido para siempre de aquí.
.
Debo
hacerme de una vez a la idea.
Que
tu amor no es más que una sombra
de
cosas que no vendrán jamás
Porque
así lo elegiste y así me condenaste a vivir.
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